La vida nos pone a prueba constantemente, pero en nuestro afán de crecer juntos, como hermanos, nos hemos visto impedidos de compartir. Y cuando he tenido algo que ofrecer, habéis huido de mí, como aquél que porta la más negra de las pestes.
Afortunadamente, no todos son así, pero aquellos pocos que escuchan, que son atentos y agradecidos; son mis amigos. La vida nos pone a prueba y en esa dicha de prueba y error, surgen los verdaderos hombres y mujeres que confían en la especie humana, capaces de ser conscientes de la importancia de vivir en verdaderas comunidades armónicas.
Está claro, que el ser humano es armónico por naturaleza y a nadie le gusta el sufrimiento. Por naturaleza misma nos gusta vivir una vida más o menos acomodada, pero en esa misma tendencia de creer que no pasa nada, existen unas fuerzas de la materialidad, capaces de manipularnos sin ser conscientes del proceso. Y hay que estar verdaderamente despierto para darse cuenta de la situación.
El alma es el reflejo de nuestros anhelos y de nuestra verdadera naturaleza. Pero sin darnos cuenta, henos ido cayendo cada vez más, y ahora, toca subir rápido, rápido, porque los tiempos no pueden esperar a que nosotros nos decidamos. La vida sigue su curso. Y luego, están aquellos que ven a los demás como hermanos y otros, que seguirán rezagados recogiendo las migajas que otros, en otra posición social, predisponen.
En todo este tiempo he hecho mucho por alentar y dar cauce a aquello que yo mismo me impuse como verdadero. Pero muy pocos han sabido agradecer la labor prestada.
Pero no os preocupéis, pues para aquellos que son mis amigos, decirles, que la manifestación de ovnis y signos de cordialidad, por parte de nuestros Hermanos del Espacio, continúa. Y además, han sabido "paliar" esa laguna o vacío de alma que el ser humano me ha negado.
La tendencia de aquel mensajero crucificado al cual se le pone a prueba diciéndole: Si de verdad crees en Dios, ¿por qué no viene y te salva?. Es el reflejo de la crueldad que mora en los corazones duros de los hombres. Y es por eso, por lo que Joshua vino al mundo. Sin embargo, nos han hecho creer que él vino para quitar el pecado del mundo. ¿Cuántos engaños más habrán sin que seamos conscientes de ello?. ¿Cuántas acciones haremos a lo largo del día creyendo que actuamos correctamente?. Lo cierto, es que, somos responsables de nuestras acciones.
Que nuestras acciones sean las de integrar y unir, y no las de disgregar y separar.
Que nuestras acciones sean las de integrar y unir, y no las de disgregar y separar.
Como dice Maitreya -El Cristo que: el odio surge de la separatividad.
Sin embargo, amigo mío, aunque te creas en el camino espiritual, yo; que he pasado por muchas tormentas te digo que: te amo, y no te odio, aunque tu insistas en crear desdicha y separatividad.
Sin embargo, amigo mío, aunque te creas en el camino espiritual, yo; que he pasado por muchas tormentas te digo que: te amo, y no te odio, aunque tu insistas en crear desdicha y separatividad.
Que nuestras acciones sirvan de ejemplo, si es que nos queremos reconocer como los verdaderos hombres que en verdad somos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario